Recojo, a continuación, una serie de relatos, poesías y escritos fruto de la afición de D. Juan Antonio González por la escritura y la composición poética.
Juan Antonio González fue pastor por las tierras de Amaya y sus alrededores, quien a pesar de no poder asistir a la escuela, por tener que dedicarse al pastoreo, ha demostrado poseer unas cualidades excepcionales para la poesía y la narrativa.
Destacar la fina sensibilidad y la riqueza de vocabulario impropia de una persona que apenas pudo recibir la instrucción elemental, lo que demuestra su fuerza de voluntad para convertirse en autodidacta y desarrollar su capacidad creativa.
Finalmente decir que estos escritos han llegado a mis manos gracias a María Teresa Gutiérrez, nieta de otro personaje a quien también reservaré un hueco en este blog. Se trata de su abuelo Joaquín Gutiérrez, quien ejerció durante muchos años el oficio de pastor en Humada y también gran aficionado a la escritura.
Transcribo, a continuación, la obra de D. Juan Antonio González comenzando por las composiciones poéticas en verso como: A la peña Amaya, Testamento de mi abuela, Copla de mentiras, Suceso de Vich, Consejos de una soltera, …
A LA PEÑA AMAYA
Hela allí, radiante y bella,
subir del cielo a la cumbre
y ceñirse con la lumbre
que el fúlgido sol destella.
Con qué majestad descuella
su frente que al cenit toca
templo gigante de roca
donde ofician los querubes
y do entre inciensos de nubes
el nombre de Dios se invoca.
Por sus ásperas quebradas
do el águila audaz anida
y hace el lobo su guarida,
van los buitres en bandadas,
rompe en las hondas cañadas
la catarata rugiente
que lanza por la vertiente
su tesoro de cristal
al son del canto triunfal
oxigenando el ambiente.
¡Salve bendita montaña
del pueblo mío querida,
que llevas mundos de vida
engendrados en tu entraña!
A tu sombra la cabaña
del pobre ventura alienta
cuando la ronca tormenta
ruge por los agrios riscos.
¡Qué alegre ve en sus apriscos
los ganados que apacienta!
Aunque el invierno de nieve
manto espléndida te vista
jamás tu chazuela entrista
la desventura más leve.
Con fe que el alma conmueve
no pasa una sola fiesta
sin bajar la abrupta cuesta
muy de mañanita al llano
en donde el templo cristiano
yergue su torre modesta.
Y con este corazón
con que la cellisca arrastra
ante al sacro altar se postra
murmurando su oración.
El verle con qué emoción
besa el consagrado suelo
remontando a Dios el vuelo,
vuelo que sublima
fe más grande que tu cima,
cima que sube hasta el cielo.
¡Tu cima! aún me figuro
del alba pura al nacer
por ver primera ascender
tu camino áspero y duro.
Respiro aquel aire puro
y entre tañer de cencerros,
ladrar lejano de perros
y cánticos de malvises
envuelto en tus nieblas grises
voy trepando por tus cerros.
Con qué lánguido desmayo
falto el cuerpo de reposo
sobre algún peñón fragoso
la vista es redor explayo
bañando en el limpio rayo
con que ya el sol resplandece
allá muy lejos se mece
del mar el espejo azul
que besa el aéreo tul
y en él fundirse parece.
Mas cerca valles profundos
que sonoras fuentes riegan
casitas que se repliegan
cabe huertos floribundos
bosques de árboles fecundos
de cuya espesa enramada
al sonreír la alborada
con vírgenes destellos
brotan miles de gorjeos
en dulcísima algarada.
Allí una roñosa piedra
que al cielo ufana se yergue
a un lado rústico albergue
hecho en la intrincada breña.
Ora un caudal que despeña
su carga diáfana, limpia, pura.
Ora una áspera fragura
en la cual de siglos viejo
desmaya frondoso tejo
sus penachos de verdura.
Mas nada, ¡oh Peña Amaya!
de tu gentil panorama
un amor tan puro inflama
cuando en ti mi vista explaya.
Como la preciosa playa
que allá de un valle en el seno
ofrece el vergel ameno
donde el nido de mi aldea
en tu verdura blanquea
de aromas y encantos llenos.
Con qué inefable contento
caro rincón te saludo
desde este peñasco rudo
donde a descansar me siento.
No extrañes el pobre acento
con que mi labio osa hablarte
para quererte y amarte
le basta a mi inspiración
ir rica de corazón
si falta de galas y artes.
Salud, visión hechicera,
flor de eflúvicos aromas
nido de blancas palomas
replegado en la ribera
para ti la primavera
bordó manto de esmeraldas
destrenzó sobre tu espalda
árboles seculares
y de huertas y pomares
llenó tu ondulosa falda.
Brinda a tu sueño suave
el claro arroyo, murmullos
la tórtola amante, arrullos
endechas de amor el ave,
nadie los encantos sabe
que tu rico seno encierra
pues desde el valle a la sierra
el cielo pródigo quiso
desplegar un paraíso
sobre tu bendita tierra.
Allí brisas voladoras
que por boscajes y huertos
alzando gratos conciertos
baten sus alas sonoras.
Allí radiantes auroras
y crepúsculos divinos.
Allí arroyos cristalinos
y paisajes que embelesan
y pájaros que no cesan
de dar al viento sus trinos.
Cuánto ansía el hombre amar,
de encantador y de hermoso
cielo de lumbre radioso
sol de mágico brillar,
y en el seno del hogar
gente risueña y sencilla
de cuya alma sin mancilla
como de su centro en pos
vuelan plegarias a Dios
que hizo tanta maravilla.
¡Oh, cuánto, cuánto te adoro
mi aldea blanca y lozana,
virgen como la mañana
que te ciñe rayos de oro!
Como al rico, su tesoro
como al rondador, la luna
como a una madre, la cuna
do duerme su ángel de amor
como al cisne el brillador
espejo de la laguna.
¡Hoy que tan lejos vivo de ti,
vivo sin hora de calma,
si vieran cual tengo el alma
por la dicha que perdí!
la senda del vivir sigo
¡Dichoso quien al abrigo
del hogar la vida pasa
y halla el fin, junto a su casa,
sepulcro en solar amigo!
Dios, su bondad no permita
ruja en tan grato vergel
la impiedad con que Luzbel
cerebros y almas agita.
Nunca en tu frente bendita
se nuble tu refulgencia
que siempre en santa inocencia
cual hoy gozoso y tranquilo
sea de gozos el hilo
de tu preciosa existencia.
Y tú, mole de granito,
que ceñida de penumbras
tus mil picachos encumbras
escalando lo infinito.
Tu acaso oíste el grito
a cuyos ecos fecundos
por los espacios profundos
rompió la vida a rodar,
y viste rugir el mar
y los soles y los mundos.
Tu, desde tu siento innoble
vela porque el mío
de esta edad el yugo impío
nunca la alta frente doble
Sea su fe como el roble
o las rocas de los mares
y en los tumultos y azares
que hoy tronos y aras derrumban,
jamás vencidas sucumban
sus creencias seculares.
Antes rota en mil pedazos
su mole gigante ruede,
antes sepultada quede
el sol de la noche en brazos,
antes se rompan los lazos
que liga la tierra al cielo,
antes se desgarre el suelo
por terremoto iracundo
y antes cadáver el mundo
tienda a la nada su velo.
TESTAMENTO DE MI ABUELA
Escrito desde los infiernos al año de su muerte.
Atención pido auditorio
y silencio al mismo tiempo
para poder explicar
la carta del testamento
que mi abuela me escribió
al año de haberse muerto
por orden de Satanás
directos de los infiernos.
En sus ciento catorce años
jamás enferma cayó
hasta que una borrachera
de este mundo la llevó.
Era tan larga la soga
de las que a cuestas tenía
que jamás llegó a cortarse
de lo bien que las unía.
A la cama un garrafón
constantemente llevaba
con rioja, blanco y ron
para beber en vez de agua.
Para cocer el puchero
lo cocía con champán
porque con agua decía
que se le cocía mal.
Para lavarse a diario
usaba consuenda y zarza
por el temor de quedársele
con agua la cara lacia.
Para lavarse la ropa
era una cosa graciosa
la lavaba con jerez,
manzanilla y gaseosa.
De lejía usaba anís
bebida de gran firmeza
de azulete usó coñac
y para jabón cerveza.
Catorce años duró
la última borrachera
que la cogió con el Toro,
el Cebreros y el Tudela..
El tiempo que duró en cama
de lo que más se acordó
fue del vino de Cigales
y el gran tinto de Aragón.
Al morir se la enterró
con una caja de cera
y hoy me escribe el testamento
trazado de esta manera:
“Escucha, querida nieta,
esta carta que te escribo
aquí desde los infiernos
lugar donde resido.
En la cual te hago heredera
de todo cuanto dejé
en esa maldita tierra
cuando a ésta me trasladé.
Ahí te dejo una botella
que fue de zarzaparrilla,
muebles, una calavera,
cuatro bancos y una silla.
El mueble de un molinillo
para moler café
y una docena de platos
todos rotos menos tres.
Los sesos de una gallina
y de la mula la cola
para el día que te cases
que celebres bien tu boda.
También te dejo un borrico
con un ojo de madera
y el culo de una botella
que me hacía de sopera.
En la caja de rapé
dejé la herencia de un tío
cuatro espadas sin punta
buenas para un desafío.
Cuatro cabezas de ajo
del año noventa y tres
y aunque del todo podridas
treinta peras y una nuez.
Una cesta sin hondón
sin tubo una regadera
y una cama de carcoma
que la dejé casi nueva.
Sólo le falta una tabla
y la media cabecera,
un larguero, tres tornillos
y un cacho de la trasera.
Una elegante bujía
del año de San Francisco
y sin el coberturón
un paraguas nuevecico.
Sin bastón ni varillaje
ni muelle que lo cerrara
y un horno para cocer
que no sirve para nada.
No tiene puerta ni entrada
ni tampoco chimenea
y el culo todo un agujero
que le sirve de bravera.
También te dejo un caldero
lleno de agujeros el culo
para que lleves el agua
con bastante disimulo.
Para cuando seas novia
te dejé una media enagua
y un elegante vestido
sin el pechero ni mangas.
Una saya sin trasera
que la cual me la quité
en el día de la boda
para colar el café.
Una mesa de nogal
nuevecita al perecer,
sólo le falta un cajón
cuatro tablas y dos pies.
Un reloj de gran valor
que le falta el espiral,
el volante, las agujas,
una tapa y el cristal.
Una magnífica casa,
la mejor de la ciudad
que si te obliga venderla
sacarás un dineral.
Sólo le faltan las puertas,
tres ventanas y el tejado
y el tabique de una sala
que lo tiene destrozado.
También te dejo un perico
hecho de teja de toba
para hagas el café
en el día de tu boda.
Con tan grande capital
del que te dejo heredera
creo que no te olvidarás
jamás de tu buena abuela.
Porque con tal posición
si como ya la gobiernas
nunca lo pasarás mal
aunque comas cosas buenas.
Creo quedarás conforme
con la hijuela que te mando
goza bien por ese mundo
que yo bastante he gozado.
Con este adiós nieta mía
no te puedo contar más
el dinero que tenía
se lo mando a Satanás.
Aquí doy por terminada
la carta del testamento
que escribió doña Pepita
a su nieta en Cuatrovientos”
Si alguna falta encontrara
el lector al repasarle
le pide, de corazón,
perdón Antonio González
COPLA DE MENTIRAS
En el pueblo de Pancaliente
provincia de Tortafría
se ha cometido un suceso
que ninguno lo creía.
Aquí empiezan las tragedias
en esta primera parte
les diré las herejías
que hicieron los criminales.
Para matarles más pronto
sacan un fuerte cuchillo
con la punta de manteca
y allí les dejan tendidos.
Y creo que a dicho pueblo
nadie lo conocerá
es una gran población
doce vecinos tendrá.
Hombre, niños y mujeres
reparen con atención
verán un caso horroroso
que en Pancaliente pasó.
Esto que voy a contar
no es fácil que haya pasado
pero hay que vender las coplas
sólo por sacar los cuartos.
El 39 de junio
entraron cuatro ladrones
para robar y matar
en casa de unos señores.
Según entran en la casa
van en busca del criado
con unas cuerdas de huma
fuertemente le amarraron.
Le dicen con soberbia
aquellos hombres traidores
dinos dónde guardan
las alhajas tus señores.
Al ver que no les contesta
aquellos hombres terribles
le dieron de puñaladas
con un manojo de mimbres.
Así que le dieron muerte
al pobrecito criado
él mismo les enseñó
dónde dormían sus amos.
Entran en el dormitorio
donde sus amos descansan
estos cuatro criminales
bien preparados estaban.
Allí les ataron bien
a las patas de la almohada
con cadenas de papel
para que no se escaparan.
Y después que les ataron
a estos pobres inocentes
con un martillo de lana
tratan de darles muerte.
Entran en el dormitorio
donde duerme la criada
aquella pobre infeliz
la pillaron descuidada.
Con unos hilos de miel
la ataron de pies y manos
haciéndola padecer
aquellos hombres malvados.
Y para que no llamara
a los dueños de la casa
la taparon bien la boca
con bizcochos y con pastas.
No se conforman con esto
aquellos hombres salvajes
que además de darles muerte
hacen mil barbaridades.
Acuchillaban los catres
destripaban los colchones
se comían las alfombras
como furiosos leones.
Como no tenían miedo
a los dueños de la casa
se aprovechan al momento
de las mejores alhajas.
Aquí termina señores
esta parte primera
ahora entra la segunda
verán horribles escenas.
Paso a la segunda parte
para explicar lo que falta
aquí verán los estragos
que hicieron en dicha casa.
Ahora pueden ustedes
en esta letra fijarse
lo que les voy a explicar
en esta segunda parte.
Entraron primeramente
a robar en la cocina
ya verán lo que robaron
según la pluma lo explica.
Roban un caldero roto
una sartén y dos cazos
y además un plato viejo
donde comían los gatos.
No se conforman con esto
de allí pasan a un cuarto
allí roban un sofá
sin patas y sin respaldo.
Desde allí van a una sala
en la cual también robaron
el precinto de una caja
y un paquete de cigarros.
Cansados ya de robar
aquellos cuatro bandidos
se bajaron a la huerta
causando grandes perjuicios.
Al tiempo de entrar en la huerta
las cebollas se asustaron
y se quedaron heladas
siendo en tiempo de verano.
Los tomates al verles
todos echan a correr
y como estaban maduros
no se dejaron coger.
Entonces los malhechores
al no poderse vengar
llenos de ira y soberbia
sangraron al melonar.
Fueron tantos los perjuicios
que aquellos hombres causaron
que hasta el pozo de regar
por venganza lo quemaron.
Los pimientos y pepinos
todos auxilio pedían
los perales y ciruelos
lloran a lágrima viva.
Entonces los malhechores
tratan pronto de escapar
pero un ciego desde lejos
bien los ve por dónde van.
El ciego empezó a dar voces,
un sordo le oyó el primero
el cual avisó a tres cojos
y enseguida le cogieron.
Detrás de un escaparate
allí estaban escondidos
repartidos entre los cuatro
las alhajas que habían cogido.
Los cojos a toda prisa
corrieron más que los galgos
a explicar al señor juez
lo que habían presenciado.
Dieron aviso a los guardias
y enseguida les ataron
y para que declarasen
les llevaron al teatro.
A los ocho meses justos
a salido el juicio oral
aquí verán la sentencia
que les ha echado el fiscal.
El fiscal dispone y manda
de que estos sean colgados
en una caña de trigo
para que allí fueran ahorcados.
El juez también ha dispuesto
que si no murieran así
que les den bien de comer
y bailen el garrotín.
Este castigo tan grande
lo dispuso el señor juez
pero si fuera verdad
bien se podría creer.
Esto pasó en Pancaliente
os lo vuelvo a repetir
el treinta y nueve de junio
del año que va a venir.
Aquí termina la copla
no les quiero molestar
cinco céntimos le cuesta
al que la quiera comprar.
SUCESO DE VICH
Muy cerca de Barcelona
hay un pintoresco lugar
del cual en esta canción
hacer referencia quiero.
Torpe se encuentra mi pluma
para poder explicar
el relato más curioso
que se puede ejecutar.
De la forma que pasó
a todos ha de extrañar
pero yo debo decir
que ha sido realidad.
Con paciencia explicaré
esta historia aventurera
que parece ser de broma
pero resultó de veras.
De Barcelona salía
un coche de viajeros
el cual pasaba por Vich
donde ocurrió el suceso.
Ya ocupados los asientos
que llevaba en su interior
un joven que fue más tarde
a la baca se subió.
Al subir el joven vio
como entre los equipajes
llevaban un ataúd
para enterrar un cadáver
El día estaba lluvioso
y temiendo de mojarse
una vez abierto el ataúd
en él piensa colocarse.
Tranquilo ha llegado a Vich
en el féretro encerrado
donde como de costumbre
el vehículo ha parado.
Aquí suben otros dos
y se colocan con gracia
sin pensar lo que allí había
a los lados de la caja.
Sin pensar que el ataúd
un ser humano encerraba
una vez en marcha el coche
muy tranquilos conversaban.
Cuando menos lo pensaban
éste les quiere asustar
pero no se ha dado cuenta
de lo que podría pasar.
Ha levantado la tapa
y un brazo deja ver
y les dice: “compañeros
¿ya dejó de llover?”
Al oír estas palabras
completamente alarmados
el uno por cada extremo
del coche se han arrojado.
Del golpe que recibieron
el uno muerto quedó
y el otro en tan grave estado
que al poco tiempo murió.
Conducen su cuerpo a Vich
en el que ha sido asistido
practicándole una cura
que para nada ha servido.
Dicen que fue detenido
el causante de la acción
pero los dos que murieron
ya no tienen salvación.
Por eso caro lector
antes de una broma hacer
has de pensar el disgusto
que te pudiera traer.
No pienses en disfrutar
un rato de distracción
y luego venga a pasar
que sea tu perdición.
Perdón pide por las faltas
el autor de estos renglones
que lo es Antonio González
con residencia en Peones.
LOS DIEZ MANDAMIENTOS DEL AMOR
Voy a cantarte paloma
si me prestas atención
los diez sacramentos santos
compuestos para el amor.
En los cuales prenda mía
te daré una explicación
de todo cuanto por ti
hoy sufre mi corazón.
No quiero perder más tiempo
ni tampoco entretenerte
pero sí quiero me escuches
los mandamientos siguientes:
I
En el primero que canto
sólo amor me pide Dios
siento tener que faltarle
por tenerlo puesto en vos.
Desde el día que te vi
te llevo en el pensamiento
y no te puedo olvidar
ni dormido ni despierto.
Por eso blanca paloma
si quieres que sirva a Dios
has de hacerme juramento
de amarnos siempre los dos.
II
El segundo no jurar
tan sólo he jurado un día
ante la imagen de Dios
que tú tienes que ser mía.
Aunque tenga que batirme
para conseguir llevarte
haré frente al mundo entero
y juro salir triunfante.
Pídeme lo que más quieras
con mucho gusto lo haré
pero tener que olvidarte
jamás lo consentiré.
III
En el tercero las fiestas
santificaré gustoso
el día que tú me des
palabra de ser tu esposo.
Pues sin ese juramento
es imposible que pueda
tener completa fe en Dios
ni en su Santa Madre Iglesia.
Voy a misa y al rosario
y no puedo estar atento
porque tu presencia me hace
faltar a este mandamiento.
IV
El cuarto honrar padre y madre
yo no sé por qué motivos
ahora no respeto a nadie
aunque me sea querido.
Desde el día que mi amor
en ti fijé de verdad
a nadie, no siendo a ti,
te juro he de respetar.
Nada me importa perder
ante el mundo la humildad
si de casarme contigo
palabra de honor me das.
V
El quinto es no matar
yo criminal no sería
siempre que dentro de poco
consiguiese hacerte mía.
Sentiré de corazón
faltar a este mandamiento
pero antes que a ti perderte
faltaré a todos al respeto.
Prefiero verme ante el mundo
amarrado con cadenas
antes que vivir sin ti
sufriendo terribles penas.
VI
En el sexto prenda mía
no te quisiera explicar
por los deseos que siento
deseos de fornicar.
Más como tanto te quiero
no creo hacer gran pecado
aunque intente mancillarte
Dios ya sabe por qué lo hago.
yo pretendo hacerte mía
y dudo poder lograrlo
por eso al ser mancillada
no podrías evitarlo.
VII
El séptimo es no hurtar
jamás yo nada robé
más lo creo conveniente
y estoy seguro lo haré.
Lo primero que yo robe
sin que me lo impida nadie
ha de ser la voluntad
que preciso de tus padres.
Y luego que la consiga
la tuya te pediré
si a dármela te negaras
también te la robaré.
VIII
En el octavo ni miento
ni alzo falso testimonio
siendo que nadie se oponga
contra nuestro matrimonio.
Tampoco quiero mentir
pues te juro la verdad
que con la ayuda de Dios
contigo me he de casar.
Aunque tus padres se nieguen
el día que tú me avises
creo en el nombre de Dios
llegarán a arrepentirse.
IX
Del noveno mandamiento
si tú para mí eres buena
te juro no desear
mujer del prójimo ajena.
Porque en ti espero y confío
que tendrás como mujer
lo que para el matrimonio
es necesario tener.
Y cuando a florecer llegue
el fruto de nuestro amor
¡Qué felices viviremos
de nuestro hogar al calor!
X
El décimo mandamiento
nos pide no codiciar
yo tengo codicia y siento
no poderlo remediar.
Aunque no en bienes ajenos
te confieso en mi conciencia
siento codicia en que llegue
el día de ir a la iglesia.
Y allí los dos de rodillas
esperar aquel momento
en que el anillo y las arras
unan nuestro casamiento.
Si en estos diez mandamientos
que termino de cantar
alguna falta encontraras
me la puedes perdonar.
No te los canto por guasa
pues tu honestidad respeto
lo canto para mostrarte
el amor que por ti siento.
Con estos cuatro renglones
que este verso escribo
termino estos mandamientos
y quedo a tu amor rendido.
31 de octubre de 1931
Antonio González
CONSEJOS DE UNA SOLTERA
Si los consejos de una madre
alguna vez se escucharan mejor
no habría tanta mujer perdida
y por el mundo tanto dolor.
La juventud hoy está perdida
y nada piensan por el porvenir
por sólo un beso y una promesa
muchas se dejan hoy seducir.
ESTRIBILLO
¡Oh loca juventud!
fuiste mi perdición
por tu culpa caí
en la vil tentación.
Hoy sin honra ni hogar,
destrozada mi vida,
soy la mujer perdida
que jamás ya el mundo querrá.
II
Feliz vivía con mis padres
y no sabía lo que era el amor
hasta que un día salió a mi encuentro
y me propuso manchar mi honor.
Me prometía lo más sagrado
que en este mundo se puede jurar
estas promesas no fueron falsas
pues locamente me juró amor.
ESTRIBILLO
Pero no pudo él
lograr su proceder
su padre se enteró
y despreció mi querer.
Eres muy pobre tú
para tanta nobleza
y el canalla me dijo así
mi hijo no es para ti.
III
Avergonzada por mi deshora
dando a mis padres disgusto fatal
sola y sin rumbo salí de casa
para mis penas poder calmar.
Iba a ser madre dentro de poco
y al fin un día decidí ir a ver
al padre aquel que canallamente
se abandonaba así de mi ser.
ESTRIBILLO
Protección le pedí
por lo que iba a nacer
dinero me ofreció
por dejarlo correr.
Yo no ofendo mi honor
le contesté al impulso
tan sólo quiero al hombre
aquél que me juraba ser fiel.
IV
Como el me amaba con gran cariño
me escribía diciéndome así:
“aunque estoy lejos hoy de tu lado
sólo en el mundo vivo por ti.
Aquí mis padres me han desterrado
para logar olvide su querer
pero te vuelvo a jurar mi vida
y sólo tuyo tengo de ser
ESTRIBILLO
No desmayes mi bien
sólo tuyo seré
al hijo de mi amor
también nombre daré.
Nuestra felicidad
será siempre completa
y nadie nos podrá separar
ni privarnos de amar”
Antonio González
Peones y marzo 1941
CANCIÓN PASTORIL
Viva el humor y la juerga
la unión y la sociedad
de unos buenos compañeros
la mañana de San Juan.
Para trazar cuatro versos
tiendo mi numen al viento
y sobre el papel mi pluma
y mi corto entendimiento.
Por mostrar la buena unión
que cinco amigos tuvimos
en el vallejo de Amaya
el día que nos referimos.
Hacía ya cierto tiempo
que teníamos pensado
juntarnos en el vallejo
el día ya señalado.
Ya resplandece la aurora
y el sol extiende sus rayos
ya se aproxima la hora
de soltar nuestros ganados.
Cada quien por su colada
marcha airoso y decidido
dirigiendo su ganado
al valle ya referido.
Ya dimos somo al vallejo
y al punto hemos divisado
a Secundino y Evencio
en el cotorro colorado.
Se reanima la alegría
de aquel valle solitario
al tañer de los cencerros
que llevan nuestros ganados.
Las diez y media serían
cuando ya juntos estamos
nos dimos los buenos días
y de salud nos hablamos.
Los cinco con alegría
en buena armonía estamos
Secundino, Ricardito,
Evencio, Antonio y Fernando.
A las doce menos cuarto
fuimos al arreadero
arreamos el ganado
y empezamos el jaleo.
Ya Secundino a Fernando
de dice de esta manera
venga esa bota de vino
y empecemos la juerga.
Fernando queda dudando
y hace un gesto negativo
y termina por decirle
que no la había traído.
Al oír estas palabras
le dice así Secundino
que me acompañéis o no
yo tengo de beber vino.
Estando en esta refriega
llegamos a divisar
al pastorcillo de Puentes
que nos viene a acompañar.
Ya arreados los ganados
cuando al punto divisamos
el rebaño de corderos
del hermano de Fernando.
Comenzamos por llamarle
pero inútil nos ha sido
por más que le voceamos
él no nos ha respondido.
Ya prestos a sentarnos
cuando el amigo Fernando
se dispone a caminar
para comer con su hermano.
Cuando el de Puentes llegó
la juerga quedó tramada
porque nos trajo de vino
la bota y una garrafa.
Los otros cinco quedamos
para con buena armonía
los cinco juntos pasar
el resto del mediodía.
Juntamos en buena unión
la comida que llevamos
y todos juntos comimos
como un buenos hermanos.
Así seguimos la juerga
de vez en cuanto gritamos
¡amigos, viva la unión,
venga la bota y bebamos!
Terminamos de comer
nos pusimos a ordeñar
y de postre nos sirvió
pues no teníamos más.
Ya a las tres próximamente
termina la diversión
marchándonos a cumplir
cada quien su obligación.
Con un apretón de manos
nos dimos la despedida
unos vamos valle abajo
y otros marchan valle arriba.
De esta manera, señores,
a la juerga dimos fin
los de Amaya y el de Puentes
y los de Villamartín.
Y yo, como aficionado,
aunque poeta no soy,
he tenido el sumo gusto
de sacar esta canción.
Y por si ignoran quién soy
y mi nombre no lo saben
soy pastorcillo de Amaya
llamado Antonio González.
LAS MODAS
Mocito si buscas novia
no la busques en la moda
que suelen resultar mal
que la hermosura que hoy tienen
de solteras la sostienen
pero llega a fracasar.
Es tanta la fantasía
de las mozas hoy en día
que es una barbaridad
no saben arreglarse
para conseguir ganarse
de un mozo la voluntad.
Cuando salen por las tardes
a los paseos y bailes
con ánimo de cazar
como van tan arregladas
parecen inmaculadas
bajadas de un altar.
Las uñitas esmaltadas
las cejitas depiladas
y los labios de carmín
el vestir por la rodilla
y el escote a la tetilla
bastante dan que decir.
El pelo a la permanente
causa de su perdición
porque muchas con agrado
tienen el pelo abrasado
por lucir la ondulación.
También vemos otra moda
muy corriente por ahora
y es el tipo lineal
pues por lucirlo en la calle
tanto se oprime el talle
que apenas pueden andar.
Tanto las más delgaditas
como las más fuertecitas
todas quieren ser igual
por lucir igual tallado
llevan su vientre apretado
que no pueden respirar.
Con todas estas mixturas
pobrecitas criaturas
se creen que valen más
pero aunque sin pintar vayan
lo necesario es que valgan
para coser y demás.
Creen que son más bonitas
porque con las pinturitas
se sepan perfeccionar
no piensan que los mocitos
viven desengañaditos
de toda esta falsedad.
Hay mozas que de solteras
llegan a causar de veras
ante el mundo admiración
luego han logrado casarse
y han conseguido ganarse
del cerdo la imitación.
De mozas muy presumidas
coquetas y llamativas
vistiendo rico percal
y luego cuando se casan
no saben barrear la casa
ni coserse el delantal.
Y si luego de casarse
han dejado de pintarse
si te fijas bien verás
están tan arrugaditas
que parecen ancianitas
de setenta o algo más.
Por eso atención mocito
el ojo has de llevar listo
si quieres mujer buscar
no sientas llevarla fea
con tal que curiosa sea
para su casa arreglar.
TENGO CELOS DE LA FUENTE
I
Caminito de la fuente
una rubia va por agua
tan airosa y sonriente
como el lucero del alba
con un cántaro en la mano
y en la boca una guirnalda.
Ay corazón, que aromosa es la huella
Ay corazón, que tras si ella dejaba.
ESTRIBILLO
Ay, ay, ay, ay
los cantitos de la calle
Ay, ay, ay, ay
lo hacía desviar
el viento que dejaba al pasar.
II
Baja vestida de blanco
que parece una azucena
y al llegar junto a la fuente
de agua el cantarito llena
con movimiento de artista
lo coloca en su cadera.
Ay, corazón, que bonita es la imagen
ay, corazón, que el agua refleja.
ESTRIBILLO
Ay, ay, ay, ay
cómo sonreía el agua.
Ay, ay, ay, ay
ella sonríe también
parecía enamorada de él.
III
No se enamoró del agua
ni tampoco de la fuente
que con su cariño hablando
yo la vi al día siguiente
con su cabello dorado
rizado a la permanente.
Ay, corazón, su novio la decía
ay, corazón, miedo tengo de perderte.
ESTRIBILLO
Ay, ay, ay, ay
tengo celos de la fuente
ay, ay, ay, ay
no lo puedo remediar
tu hermosura el agua va a llevar
IV
Con el nombre de María
parece estar bautizada
pues no hay clavel más galante
ni rosa más resalada
ni céfiro con aroma
como el que deja su cara.
Ay, corazón, que airosa va la niña
ay, corazón, cuando baja por agua.
ESTRIBILLO
Ay, ay, ay, ay
quién sería tu cantarito
Ay, ay, ay, ay
para tus manos rozar
y de tu hermosura disfrutar.
JUAN ANTONIO GONZÁLEZ
Peones de Amaya, 4-2-42
TINITA
I
Con cabellos de oro, rosadas mejillas
y ojos que fascinan con sólo mirar,
baja por la calle
serena y airosa
la más blanca rosa de todo el lugar.
Fresca y sonriente como la mañana
antes que despunten los rayos del sol
desde su ventana
su bella hermosura
refleja mis ojos igual que un crisol (bis)
ESTRIBILLO
Tinita, flor de las flores
ensueño de mi querer
ausente de tu cariño
yo vivir no puede ser (bis)
Tú me robas la alegría
tú me quitas la ilusión
Tinita del alma mía
tú eres la alegría
de mi corazón.
Tinita, flor de las flores,
de todas las hembras eres la mejor.
II
No hay busto en el mundo de mármol ni piedra
que imiten su talla, su línea y perfil,
pues cuando sonríe, sus labios de grana
parecen dos vivos claveles de abril.
Bajo el verde sauce frondoso y florido
se hallaba una tarde cuando se acercó
un guapo mocito de ella enamorado
y el verla tan guapa con pena cantó (bis)
ESTRIBILLO
Tinita, flor de las flores
ensueño de mi querer
ausente de tu cariño
yo vivir no puede ser (bis)
Tú me robas la alegría
tú me quitas la ilusión
Tinita del alma mía
tú eres la alegría
de mi corazón.
Tinita, flor de las flores,
de todas las hembras eres la mejor.
JUAN ANTONIO GONZÁLEZ
YA NO TE QUIERES REÍR
I
Sereno y tranquilo
al anochecer
crucé ayer tu calle
morena y salada.
Sobre tu ventana
dos pechos hallé
y no dirigiste
a mí tu mirada.
Al pasar junto a tu reja
yo no sé por qué una queja
lanzó ni pecho anhelante
que mi alma transida deja
mientras que yo esta copleja
entono calle adelante.
Ya no te quieres reír
ya no me quieres mirar
con ello puedo decir
que me quieres olvidad.
Que sí, que sí, que sí, que sí
que son tus ojos engañadores.
Que no, que no, que no, que no
que no son firmes tus amores.
Que sí, que sí, que sí, que sí
que sí conozco tu falsedad.
Que no, que no, que no, que no
que no me quieres de verdad.
II
Me juraste un día
al amanecer
que mío sería
tu amor y cariño.
Hasta que ahora puedo
llegar a saber
que he sido engañado
lo mismo que un niño.
Las malas lenguas murmuran
y firmemente aseguran
que tu querer es farsante
que no es ni la hermosura
ni la esbeltez fina y pura
de tus mejillas radiantes.
Unos me dicen que sí
otros me dicen que no
y para más que decir
me lo afirma mi corazón.
Que sí, que sí, que sí, que sí
que es verdad que me has engañado.
Que no, que no, que no, que no
que no me miras ya con agrado.
Que sí, que sí, que sí, que sí
que sí te quise con ilusión.
Que no, que no, que no, que no
que no es ya mío tu corazón.
Quien te enseñó tan tirana
quien tu querer me ha robado
quien te quiere, quien te adora
como yo te he adorado.
EL CREDO DEL ESTRAPERLISTA
Creo en el Estraperlo Todopoderoso
criador de la abundancia propia
y del infierno de la miseria ajena,
y en el egoísmo , su único hijo,
rey y seño de este mundo prevaricador,
que fue concebido por obra y gracia
del espíritu del mal
y nació de la malaventurada suerte
de los hijos de Adán;
hace padecer debajo del poder
de su despótico dominio,
crucifica, da muerte y sepulta
en los infiernos de la desesperación
a las víctimas de su explotación;
sube a los cielos de su soberbia
y se sienta a la diestra
de los poderosos de la tierra
para desde allí juzgar y condenar
a todo bicho viviente
que se le enfrente.
Creo en el espíritu maligno
del Estraperlo omnipotente,
la santa paciencia de los que lo toleran
la común unión de los que lo practican,
el perdón de los que a él se entregan
la resurrección económica de los que le siguen,
la vida perdurable de los que lo profesan.
AMÉN
NUEVA LICENCIA PARA EMBORRACHARSE
Licencia del Ejercito de Baco
Primer regimiento de Borrachos
Quinta compañía de Beodos
El Excmo. e Illmo. Sr. D. Matipe Mostoso Damajuana y de la Cepa, jefe superior de la bota, secretario del porrón, ingeniero de viñas, primer perito en la vinicultura y viticultura, maestro bebedor examinador, inspector general de las canillas, socio y fundador del barril, subdelegado del pellejo y del embudo, premiador de las caldas alcohólicas, registrador de vendimias y otros tantos títulos y retintines,
Hace saber:
Que en virtud da lo que previene el artículo 55 del código vinatero y habiendo observado buena conducta en nuestro alegre cuerpo de borrachos, concedemos licencia borracheril, tan amplia como sea menester, al antiguo beodo Sr. D. (X) que ha servido en nuestro alegre cuerpo de borrachos, quinta compañía de beodos, de guarnición siempre en la taberna, distrito de la bodega, cantón del beber sin sed y departamento del botijo.
El citado beodo Sr. D. (X) es natural de Pellejo, provincia de Tonel, edad 19 vendimia, estatura ocho botellas y dos vasos, cabeza de cántara, pelo color morapio, ojos tintos o claros según la bebida que sople, nariz de alambique, boca de embudo, barba de jarra y pescuezo de tinaja.
Encargamos al citado beodo Sr. D. (X) que sin reparo ni miramiento alguno proceda desde que le sea entregada la presente licencia a meterse en cualquier taberna o bodega que halle a su paso sin temor de ser criticado de la gente ni perseguido por los tasqueros.
¡Todo al contrario! Que en caso de verse atormentado por el alcohol y no poderse presentar a la sociedad papalina, domiciliada en el campo de la borrachera, a la que todo buen bebedor está obligado a asistir, deberá pasarle parte a cualquier agente de la sociedad para que con la mayor urgencia proceda a abrir las oportunas diligencias para conducirle en un carretón a presencia del director de las curdas si la borrachera es de primera o doble vinícola.
El Presidente El Tesorero El Secretario
ANTONIO GONZÁLEZ
Peones de Amaya, febrero de 1.942
COPLAS DE CIEGOS
Antiguamente cuando ocurría alguna desgracia o un acontecimiento de especial relieve, relacionado con sucesos luctuosos, normalmente crímenes pasionales o relacionados con temas de herencias, se elaboraba una copla narrando dicho suceso. Estas coplas se vendían en las fiestas o romerías de los pueblos, al mismo tiempo que se cantaba con una musiquilla típica.
Recojo, a continuación la copla que narra un drama familiar ocurrido en Villamayor de Trevino (Burgos) , el día 13 de enero de 1.955
DRAMA FAMILIAR
Primera parte
¡Oh, Virgen Santa del Carmen,
dadme inspiración y acierto
para poder explicar
este sangriento suceso.
Torpe se encuentra mi pluma
para poder redactar
el más grande parricidio
que se pueda ejecutar.
En la provincia de Burgos
partido de Villadiego
se halla el valle de Treviño
adonde dirigirme quiero.
A este pintoresco valle
pertenece, con cariño,
un pueblo denominado
Villamayor de Treviño.
En dicho pueblo, señores,
el día 13 de enero,
tuvo lugar este crimen que
hacer referencia quiero.
Este pueblecito alegre
siempre amante de la paz
hoy se halla lleno de espanto
por un drama familiar.
Según vamos a explicar
en dicho pueblo habitaba
un tal Celestino Pérez
a quien todos apreciaban.
Descendía de familia
humilde, buena y honrada
y en la clase labradora
también bien acomodada.
Su esposa también muy buena
y de familia pudiente
les diremos que se llamaba
Basilisa de la Fuente.
Según nos dice la gente
se casó en tan buena luna
que al poco tiempo se vio
multiplicar su fortuna.
Este honrado matrimonio
en gracia de Dios vivía
con sus dos hijos varones
y una hija que tenían.
Ricardo, Elena y Fernando
los tres hijos se llamaban
a quienes por su humildad
los padres siempre apreciaban.
Gozaban de gran prestigio
y nadie llegó a notar
en esta humilde familia
ninguna cosa anormal.
Así pasaron los años
llenos de felicidad
hasta que al fin los tres hijos
lograron poder casar.
Para mayor alegría
y estar mas entusiasmados
casan los tres en el pueblo
y todos bien colocados.
Estos eran labradores
y de nada les faltaba
puesto que igual unos que otros
de fortuna disfrutaban.
Con un amor sin igual
padres e hijos se querían
viendo la felicidad
con que unos y otros vivían.
Así fue pasando el tiempo
y el padre ya se encontraba
para poder trabajar
en edad algo avanzada.
Entre fincas y dinero
juntaba un buen capital
cosa que le permitía
vivir sin dificultad.
El año cincuenta y tres
Basilisa falleció
cuya muerte a Celestino
cambiar de vida obligo.
Tenía una hermosa casa
con un grandioso local
donde poder vivir
con toda comodidad.
Pero la labor casera
para el hombre nunca fue,
cosa que le acobardó
al faltarle la mujer.
Viendo que le era imposible
solo poderse arreglar
dispone con su hija Elena
hacer vida familiar.
En la paz más absoluta
Celestino convivía
con Miguel, su esposa Elena
y cuatro hijos que tenían.
Más poco tiempo duró
aquella felicidad
muy pronto entre la familia
nacía la enemistad.
A los hijos entregó
parte de sus cereales
algunos de sus ganados
y otras varias propiedades.
Valoran el capital
de la entrega repartida
dejándola sin tardar
en dinero traducida.
Una vez ya valorado
Celestino hizo un recibo
justificando la entrega
firmado por sus tres hijos.
Todos quedaron conformes
y todo seguía bien
pero el demonio lo enreda
como ahora lo van a ver.
Celestino al repartir
los bienes entre sus hijos
según dicen, en Elena
alguna mejora hizo.
Formalizan las hijuelas
y la transmisión de bienes
abonándose en hacienda
derechos reales que tiene.
Al dar por finalizado
el asunto de los bienes
el recibo antes citado
toda su validez pierde.
Pero vino a suceder
que el padre guardó el recibo
llegando un día a pedir
el dinero a sus tres hijos.
Estos se niegan a pagarlo
cosa que no le agradó
por lo que el día 13 de enero
a juicio los demandó.
En el juzgado de paz
del pueblo de Villamayor
el día ya referido
el juicio se celebró.
Como es cosa natural
todos al acto acudieron
pero Ricardo y Fernando
avenencia no quisieron.
El padre les exigía
íntegro todo el total
pero éstos accedían
sólo a darle la mitad.
La otra mitad entendían
que debía compensarse
a cuenta del capital
que dejó al morir su madre.
Según podemos saber
al morir ésta ha dejado
parte de su capital
que no estaba declarado.
Entre dinero y valores
además a ello ha llegado
treinta y dos mil duros suma
el valor no declarado.
Pero Ricardo y Fernando
el juzgado abandonaron
lo que nos da a comprender
que de acuerdo no quedaron.
Mientras tanto en la sala
el juicio se celebraba
una pareja de guardias
en la puerta vigilaba.
Según es de suponer
se comprende que lo harían
viendo ya la tirantez
que entre la familia había.
No tuvo necesidad
la guardia de intervenir
pues el juicio terminó
sin dar nada que decir.
Pero un ángel desde el cielo
parece les anunciaba
la horrible y fatal tragedia
que el demonio preparaba.
Daremos fin a esta parte
a la segunda pasemos
para declarar los hechos
que hasta ahora no conocemos.
Segunda parte
Ahora puedes, lector,
en esta letra fijarte
que te vamos a explicar
en esta segunda parte.
Ya he dicho que Celestino
tenía una hermosa casa
con varias localidades
aún siendo de planta baja.
En algunas de sus naves
ambas de su pertenencia
sus dos hijos encerraban
gran parte de sus cosechas.
Celestino y sus dos hijos
varias riñas sostuvieron
por lo que pronto verán
el triste final que tuvieron.
Las llaves con que las puertas
de estos graneros cerraban
al parecer Celestino
en su poder conservaba.
Aquellos dos almacenes
a causa de las reyertas
Celestino intencionalmente
dejó sus puertas abiertas.
Al enterarse Fernando
de aquella anormalidad
se fue a casa de su padre
para las puertas cerrar.
Éste le pidió las llaves
que Celestino negó
por lo que entonces Fernando
al juez de paz se marchó.
Una vez en su presencia
éste al juez ha preguntado
si la ley le concedía
poder poner un candado.
Se ve que el juez no dudó
y le dio el consentimiento
mas no pensó que podría
causar graves contratiempos.
Eran las tres de la tarde
cuando Fernando ha marchado
a la casa de su padre
para poner el candado.
Entró en casa decidido
y a Celestino ha encontrado
trabajando en la madera
cosa que era aficionado.
Cuando Fernando ponía
las anillas del candado
ha salido Celestino
y la idea ha reprobado.
Al prohibir tal medida
según nos dice la gente
se cree que discutieron
muy acaloradamente.
Celestino, enfurecido,
fue al taller de carpintería
con la idea de coger
un hacha que allí tenía.
Con gesto desafiante
con el hacha ha regresado
mas después de cierta lucha
el hijo le ha desarmado.
Un vez en su poder
con aquel arma homicida
se abalanzó sobre el padre
y pronto le quitó la vida.
Dos golpes en la cabeza
y otro en el hombro dio
bañado en sangre al instante
muerto en el suelo cayó.
A sus sesenta y seis años
daba pruebas de valiente
pero nunca pensaría
que un hijo le daría muerte.
Cuando vio muerto a su padre
de la casa se alejaba,
se va en busca de su hermano
que en un pozo trabajaba.
Le dice: “¡Ricardo!, sube,
que algo terrible ha pasado
vamos pronto y date prisa
que yo al padre he matado”.
Los dos juntos regresaron
con la faz tranquila y serena
dispuestos a ir a matar
los dos a su hermana Elena.
Como locos penetraron
en la casa de Ricardo
a coger una pistola
que tiene el nueve largo.
Mas la esposa de Ricardo
viendo su mala intención
cerró la puerta con llave
pero nada adelantó.
Por una puerta trasera
que dicha casa tenía
sin hacer caso a sus ruegos
los dos hermanos salían.
Cuando a salir se disponen
le ha salido al encuentro
un tal Domingo Chamón,
veterinario del pueblo.
Le dicen: “No haga bobadas,
mire que vamos armados”.
Domingo, que esto vio
el paso franco ha dejado.
Al llegar donde su hermana
esta joven se encontraba
fregando en el portal
que a la casa daba entrada.
Sin decirle una palabra
ni tenerla compasión,
Ricardo con su pistola
dos tiros la disparó.
Elena, herida de muerte,
cayó en el suelo sin vida
pues metidos en el pecho
los dos tiros tenía.
No se conforman con esto
aquellas fieras malvadas
que por la espalda Fernando
le ha dado dos puñaladas.
Miguel Gallego, su esposo,
que trabajando se hallaba
en uno de sus graneros,
vio que llorando llegaba.
Un hijo de siete año
que el crimen ha presenciado
le dice: “¡Padre!, los tíos
a mi madre han matado”.
Miguel que oyó los disparos
pensaba en su triste sino
pero vio imposible hacer
frente a aquellos asesinos.
Con el corazón deshecho
a casa de un vecino huyó
por espacio de tres horas
oculto permaneció.
Aquellos dos criminales
después que a Elena han matado
van en busca de Miguel
pero no le han encontrado.
A un criado que tenían
preguntan dónde se hallaba
pero este, sin vacilar,
su paradero negaba.
Marino Martín Alonso
el criado se llamaba
quien sabía a ciencia fija
donde el amo se encontraba.
Pero éste al ver que Ricardo
una pistola tenía
mintió intencionadamente
diciendo que no sabía.
Aquellos dos parricidas
viendo que no le encontraban
tranquilos y satisfechos
a sus casas regresaban.
Mientras Fernando se quita
sus ropas ensangrentadas
y a la autoridad se entrega
su hermano se suicidaba.
Cuando éste llegó a su casa
al pajar se ha encaminado
y con su misma pistola
un tiro se ha disparado.
Cuando la gente le vio
algo de vida tenía
y la pistola humeante
en la mano sostenía.
El doctor a él se aproxima
aunque con gran precaución
para volverle a la vida
le ha inyectado una inyección.
Aunque a costa de trabajo
la pistola le han quitado
más poco tiempo después
Ricardo había expirado.
El señor juez y el forense
de Villadiego llegaron
quienes sin más detención
las autopsias practicaron.
Mientras que Villamayor
de luto se revestía,
Fernando, preso en la cárcel,
del crimen se arrepentía.
Pero aunque se ha arrepentido
y luego se confesó
Dios le enviará el castigo
del crimen que cometió.
La causa del procesado
no podemos aclarar
mientras tanto que no llegue
el día del juicio oral.
Con esto, amable lector,
quedarás bien enterado
los malditos intereses
el resultado que han dado.
No sólo con el dinero
llega la felicidad
por su causa muchas veces
llega la fatalidad.
Así vino a suceder
con esta familia honrada
por humanos intereses
hoy la vemos destrozada.
Con dolor de corazón
de esta pluma me despido
y en esta narración mando
mi pésame más sentido.
Para aquellos doce niños
que en la desgracia han quedado
a Dios del cielo le pido
que les conceda su amparo.
Perdón pide de sus faltas
el autor de estos renglones
que lo es, Antonio González
con residencia en Peones.